Este sonido que te llega, hace más de mil años que surgió de las entrañas pirenaicas para llamar a los caballeros a la mesa redonda para apoyar a Otger Cataló y empezar a expulsar el moro de la que sería la Nación Catalana.
Un personaje legendario que por culpa del olvido de la Historia de los libros de texto se ha convertido en mito y nos ha llegado, como tantos otros, como transmisión interna de la Historia real de un pueblo que a pesar que la gran Historia impuesta desde Castilla lo ha intentado, nunca no ha podido aniquilar.
Después de entrar los árabes por el sur de la península Ibérica, fueron conquistando tierras hacia el norte, pero los francos pararon el avance, así Ardo venció, momentáneamente, en Narbona, y inmediatamente Al-Samah intentó el asalto de la ciudad de Tolosa, pero el Duque de Aquitania, Eudó, lo venció el 9 de julio del 721. Más tarde el 730 Munza se rebela contra el gobernador general árabe del al-Andalus, con el objetivo de crear una Gothlandia independiente, fue declarado traidor, atacado y vencido en una sangrante y corta batalla. El ejército árabe, crecido por esta batalla, intentó llegar hasta la Aquitania y una gran partida sarracena llegó hasta los valles pirenaicos, ultrapasaron la gran barrera, se adentraron en Francia y fueron parados a las puertas de Poitiers por el ejército franco comandado por Carlos Martell, era el año 732, y los restos del ejército árabe se retiraron y se instalaron al sur de los Pirineos.
Para sacar a los sarracenos de las comarcas pirenaicas, fueron muchos nobles bajo la tutela del rey franco, entre ellos Otger Cataló, señor del castillo de Cataló, situado en la Gascunya (la denominación del castillo proviene, sin ninguna duda, del castrum Catalaunicum o Catalaunum (nombre latino de Châlons-sur-Marne (Xampanya), cerca de la cual tuvo lugar el año 451 la batalla dels Camps Catalàunics, que se podía encontrar en las crónicas que narraban la derrota de Àtila; en la edad media fue de forma general situar, erróneamente, los Camps Catalàunics cerca de Tolosa, donde residía, entonces, la corte visigòtica).
Todos los guerreros catalanes habían muerto en diversas batallas. Otger Catalò sobrevivió mal herido escondido en las montañas de los Pirineos. Vivió mucho tiempo bajo la protección de su tienda hecha con piel de cabra, atendido por el afecto de su perro Gànguil, el cual, diariamente le lamía las heridas de las que, poco a poco, se iba recuperando. Se alimentaba de frutos silvestres y de la leche que le facilitaba una oveja y las ciervas que pastaban libres por aquellos vedados. A medida que sus heridas iban cicatrizando, Otger Cataló se dedicaba a afilar sus armas, con el deseo de volver a guerrear contra los invasores de Catalunya. Pulía su escudo, azul, y afilaba su daga.
El tiempo iba pasando, y cuando llegó el día en el cual Otger consideró que había ya recuperado todo su vigor, cogió su cuerno de caza y con su soplo lo hizo resonar profunda y prolongadamente de tal manera que su ronco llamamiento voló por valles y montañas y se extendió por toda Catalunya convocando a sus hombres, los catalanes fieles a la catalanidad, a la lucha.
El llamamiento a los catalanes para volver a luchar contra los sarracenos y recuperar la independencia fructificó y así fue como, de nueve lugares diferentes, acudieron con sus huestes, los más aguerridos barones de la tierra catalana con el espíritu de reconquistar los territorios forasterizados por los sarracenos. Otger Cataló los conjuró a luchar hasta la muerte por la tierra que los había visto nacer hasta liberarla del poder de la “media luna” sarracena que les había impuesto una cultura diferente de la que era su fe vernácula.
Los nueve caballeros, alrededor de una mesa redonda, presidida por la espada Vilardella (actualmente depositada en el Museo Militar de París), juntaron sus espadas, jurando delante del altar de la virgen negra llamada Nuestra Señora de Montgrony, cumplir con lealtad su palabra. Juraron con Otger, “venganza y guerra” contra los moros, en defensa de la fe y por la liberación de los países ocupados. (Montgrony es un santuario situado cerca del municipio de Gombreny, entre La Pobla de Lillet y Capdevànol (mantenemos el toponímico de “Gombreny” y no “Gombrén” como se acepta actualmente porqué su nombre original y simbólico es “Gombreny” ya que esta terminación “ny” está presente en muchos toponímicos y apellidos catalanes, a la vez que se relaciona con la religiosidad de los monjes europeos de la Orden de Cluny).
LOS 9 CABALLEROS DE LA TIERRA O BARONES DE LA FAMA
Alemany
Anglesola
Cervelló
Cervera
Erill
Mataplana
Montcada
Pinós
Ribelles
Estos 9 caballeros son “Los 9 Caballeros de la Tierra” o “Los 9 Barones de la Fama”, que salieron hacia el combate, cada uno de ellos hacia un lugar diferente, consiguieron la victoria más rotunda. El único que volvió a quedar herido en combate en el campo de Millet (Garriguella) contra los moros de Roses, fue Otger Cataló, esta vez, pero, triunfador, era el año 735. Otger Cataló, antes de morir, ordenó que su escudo llevase como adorno, el símbolo del perro Gànguil con collar de oro porqué este animal había dado testimonio de lealtad incondicional y sin fin.
En su honor, los barones denominaron Catalunya a la tierra que habían recuperado de los sarracenos y adoptaron por escudo de la nación, el escudo de Otger: el emblema del noble perro que había ayudado al héroe. Este escudot fue el nuestro hasta que Guifré I el Pelòs reinstauró como escudo catalán el escudo de los cuatro palos de gules sobre fondo dorado que aún perdura.
Mientras nuestra historia es olvidada y silenciada, los ingleses la hacen suya y montan toda la leyenda del Rey Arturo.
Como curiosidad hay que añadir que el primer castillo construido en la montaña de Montserrat, donde se encuentra el santuario de la virgen negra Patrona de Catalunya, Nuestra Señora de Montserrat, se llamó “Castillo d´Otger” en honor y memoria del caballero Otger Cataló. (expresamos “Nuestra Señora” y no “madre de Díos” perqué es el nombre con el cual son mencionadas y devocionadas las vírgenes negras durante la Edad Media en base a su simbolismo iniciático o cabalístic). De hecho el Castillo de Otger Cataló en Montserrat estaba situado cerca de donde se encuentra actualmente la ermita de Sant Miquel.