El Baridá la subveguería encantada

Por Baridà conocemos actualmente un trozo de territorio de la Catalunya pirenaica que identifica unos lugares peculiares y que limitan con otros dos lugares la Batllia y el Urgellet que también mantienen sus nombres propios que les hacen diferenciarse de las grandes comarcas a las que pertenecen.

La división administrativo-política actual del Baridà le hacen cabalgar entre Cerdaña y el Alto Urgell, dividida y perdida entre las montañas, la pujanza del Baridà ha ido disminuyendo en el tiempo hasta ahora que se ha transformado en una curiosidad en la geografía.

Cualquier referéncia al Baridà en páginas webs nos remiten a un concepto físico, geográfico.

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Los cinco municipios actuales que conforman el Baridá
(Arsèguel, Cava, el Pont de Bar, Lles de Cerdanya y Montellà-Martinet)

Por tanto el Baridá geográficamente es un territorio situado en el alto valle del Segre: si seguimos el curso del agua más abajo de Bellver nos encontramos el límite de La Batllia con el Baridá, es debajo del castillo de San Martín hoy en día muy deteriorado pero en su momento un lugar estratégico de defensa, era el último baluarte para defender la entrada a la Cerdaña si el enemigo había traspasado los castillos de Toloriu, Bar y Aristot. San Martín dels Castells es un lugar de leyendas, si tenéis el placer de leer el poema “La Cruz de diablo” de Gustavo Adolfo Bécquer veréis que está inspirado en este castillo.

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Desde este punto siguiendo el Segre tenemos de lado a lado el territorio del Baridá, donde el rio Segre es cerrado, estrecho i sus laderas de mucha pendiente, vamos dejando al lado ls antigua “Strata Ceretana”, la calzada romana que unía Puigcerdá con la Seo de Urgel y que enlazaba con los castros romanos como el de Bar (la strata ceretana pertenecía a la gran strata que unía Marsilla (Marsella) con Cèsar Augusta (Zaragoza))

Hay que añadir que Ermengol, obispo de La Seo de Urgel, ordenó construir un puente sobre el Segre en el lugar conocido ahora como puente de Bar, pero malogradamente Ermengol, el obispo santo, murió en el año 1035 al caer al Segre mientras visitaba las obras del puente que el mismo había ordenado construir sobre el rio Segre, puente que fue destruido en la guerra de los dos condados y que por fin fue nuevamente construido en el 1076 i acabado el 1077 y que duró hasta las riadas del 1982. Para ser fieles al documento de “Paz y Tregua”, de que el puente se haga servir “mientras la humanidad habite el mundo”, las autoridades tendrían que reconstruirlo y mantener en pie los pocos restos que aún quedan del patrimonio del Baridá,

Las poblaciones alrededor del Segre són:

  • A la derecha – Tramo superior:
    Arànser  o Aransa – Lles de Cerdanya – Músser – Travesseres – Viliella
  • Al centro – Tramo superior
    Martinet
  • A la izquierda – Tramo superior
    Béixec – Estana – Montellà de Cadí – Villec
  • Al centro – tramo inferior
    Ardaix – Els Arenys – El Pont de Bar – Els Banys de Sant Vicenç
  • A la derecha – tramo inferior
    Aristot – Castellnou de Carcolze
  • A la izquierda – tramo inferior
    El Querforadat – Barguja – Bar – Toloriu
  • Y cerrando por la parte baja del Segre
    Arsèguel
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Los cinco municipios actuales que conforman el Baridá (Arsèguel, Cava, el Pont de Bar, Lles de Cerdanya y Montellà-Martinet)

Llegando a la frontera del Urgellet, que dicen que se encuentra en el Estrecho de Mollet, pero si contemplamos la totalidad de Arsèguel como del Baridá acabaría casi a tocar la Quera. Este congosto del Segre, a las alturas, queda cerrado por la mola de Pirena y por el vertical Cadí.

El nombre geográfico, muy antiguo, ha sido el que ha dado nombre a diversas unidades administrativas que se han ido formando con el paso del tiempo. Los íberos se asentaron en estos territorios buscando lugares estratégicos donde asegurar su cotidiana vida; el turón donde actualmente está el núcleo urbano de Bar era apropiado para sus necesidades, así que se establecieron alrededor del turón de la parte alta y coronado por su castillo que resalta sobre el pueblo. Por tanto en tiempos prerromanos ya había una estructura de gobierno alrededor del castillo de Bar, i el toponímico ya estaba relacionado con “Bar”.

Los romanos hacia los años 200 aC colonizaron Hispania entre otros siguiendo la vía augusta, una de las autopistas que iban construyendo para asentar su dominio en las tierras ocupadas. Desde Marsilla llegaron a otro lugar estratégico de la llanura ceretana la “Iulia Lybica” donde se fortificaron. En dirección a Ilerda y a Emèrita Augusta construyeron la strata ceretana hacia el 250 aC (es decir 50 años antes de dominar la península Ibérica), que al pasar por tierras del castillo de Bar siguiendo el curso del Segre se encontraron con un paso tan estrecho y peligroso que procuraron defenderlo. A demás los romanos iban en busca de filones de oro, y por estos lares los encontraron. Aprovechando el castillo íbero Bar, lo reforzaron y establecieron un asentamiento permanente que se llamó “pagus varidensis”. A demás de tener un lugar seguro y de tener minas de oro, tenían una plana situada un poco más arriba donde podían cultivar para abastecer a la población del castro, plana donde actualmente está Toloriu, ya que Toloriu en esta época estaba situado más alto, al lado del torrente de Mata. Es decir por tierras del Baridá existía una administración independiente de Lulia Lybica sobre un territorio indefinido que custodiaba el estrecho del Segre.

Los godos que substituyeron a los romanos aprovecharon la fortaleza baridana y la cristianizaron, pero sobre este territorio con límites poco definidos seguía existiendo una administración independiente de la establecida a Llívia o a La Seo.

El territorio administrativo del Baridà fue conformando unos límites parecidos a los descritos al principio como los actuales, limitando con el Urgelet y la Batllia, con épocas en las que tenía límites mucho más grandes que posteriormente volvían al origen que más o menos es el que actualmente consideramos como Baridà.

Seguramente uno de los primeros documentos donde aparece mencionado el Baridà corresponde a uno del 882 donde figura una venta “in territorio Variense” y en otro posterior del 895 ya se habla del castillo como “Kastro Bari” y en el 927 se habla de “Kastro Baridano” para referirse a este territorio con una administración bastante independiente.

Los árabes a partir del 720 y aprovechando las estradas romanes llegaron hasta Narbona y se aprovecharon de las fortificaciones romanas, entre ellas Llívia y Bar los cuales se llamaron “castrum Libyae” donde el moro Bahlul situó el cuartel general y “Bar-Balyaris”•donde tenían también una administración particular sobre el territorio. Hacia el 731 el valí de Septimánia Manusa se reveló contra el califa de Córdoba y este envió un ejército comandado por Abd-el-Rahman ibn Abd-Allah al Gafiqi que lo derrotó y siguió con su lucha contra los francos llegando hasta Poitiers donde Carles Martell lo derrotó el 732. Manusa murió en Bar-Balyaris.

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El Baridá amable se enfrenta al imponente Cadí

Los francos fueron recuperando el territorio a los árabes y hacia el 760 liberaron la plana ceretana y para asegurarse que nuevas invasiones árabes no entrarían al territorio franco, Carlomagno sucesor de Carles Martell organizó el territorio en condados, los cuales a la vez formaron la Marca Hispánica o la Marca Gótia que representaba un territorio de frontera para defender el territorio franco. Nuestro territorio se incorporó al condado de Cerdaña siendo el primer conde Bel•lo de Carcassona conocido también como Borrell I que lo fue entre su nombramiento el 789 hasta el 812. Con el condado, el Baridá continuó teniendo una administración propia, sujeta al conde, pero propia, seguramente por la intrincada orografía que hacía estos territorios difíciles de gobernar, y administrada desde el castillo de Bar, se conocía como “Pagus Bariense”

Marca-Hispanica

En el condado se fueron sucediendo: Aznar I Galindo (812-824), Galí I Aznar (824-834), Sunifred I (834-848), Salomó I (848-870), Guifré I (el Pilós) y Miró I (870-897), Miró II (897-927), Sunifred II (927-965), Miró III (965-968), Oliba “Cabreta” (968-988), Guifré II (988-1035), Ramón I Guifré (1035-1068), Guillem I Ramón (1068-1095), Guillem II Jordà (1095-1109), Bernat Guillem (1109-1118), Ramón Berenguer III de Barcelona (1118-1131), Ramón Berenguer IV de Barcelona (1131-1162), Alfons I “el casto” (1162-1196) el cual estableció dentro de los condados la administración de Veguería, Pere I “el católico” (1196-1209) y Sanç I (1209-1223) donde la administración de poderes continuó igual: el condado grande y pequeñas administraciones menores como el Baridà y la Batllia.

Nunó I Sanç el décimo sexto conde de Cerdaña (1223-1242) modifica la estructura administrativa del condado: funda y construye el 1225 la ciudad de Bellver motivado por la necesidad de reforzar los límites del condado con los del vizcondado de Castellbó y sus sucesores los condes de Foix, y instaura la administración de veguería para la mayoría del territorio condal y establece dos subveguerías la de Ribes y el Baridá. Ahora con el nombre de Baridé se engloba el Baridá conocido hasta ahora y la Batllía (su nombre queda relegado durante unos cuantos años) y territorialmente se expande hasta el estrecho de Isòvol, al frente hay la figura del subveguer. La capital de la subvegueria baja del castillo a la plana y se instala en Bellver.

El 1276 nuestras tierras se integran al reino de Mallorques en el cual persiste la estructura de las subveguerias.

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  • Cuando Elisabet de Mallorca, la última reina mallorquina entrega sus territorios al conde de Barcelona, Martí I “el Humano” no varía la estructura de las veguerias, ni los condes-reyes de la casa de Trastámara que acceden al reino catalán.Desconocemos el nombre de todos los subveguers, pero alguno de ellos han quedado recogidos por la historia, como es el caso de Joan Cadell y Solanell barón de Arsèguel y subveguer del Baridà-La Batllia que en 1593 defendió su castillo y pueblo de Arsèguel del segundo asedio que los gosolanos (feudatarios entonces de la casa de Alba) reforzados por los “nyerros” realizaban por orden del rey Felipe I de Cataluña con la finalidad de terminar con los bandoleros del bando de los cadells. Felipe III de Cataluña el 7 de noviembre de 1659 firma el tratado de los Pirineos y entrega la parte alta de la Cerdaña a Francia, a pesar de esto la estructura administrativa siguió de la misma forma: la veguería de Puigcerdà (la antigua Cerdaña pero más pequeña ya que falta la parte regalada a Francia) y la subveguería del Baridá. De la misma forma los franceses respetaron la parte incorporada como veguería de la Alta Cerdaña, de la misma forma como hicieron con el Rosselló. El Baridá seguía administrándose por un subveguer hasta el 1716 donde el decreto de Nueva Planta del rey Felipe IV de Cataluña suprimió todas las figuras administrativas catalanas para introducir los “corregimientos” unidad administrativa del reino de Castilla.

Desde entonces el Baridá perduró como un espacio geográfico y desapareció como entidad administrativa. A pesar de estos 300 años de arrinconamiento, los ciudadanos de estos lares han mantenido su forma de relacionarse como siempre habían hecho. Actualmente hay una voluntad de recuperar su identidad incorporados a las nuevas formes de convivir del siglo XXI. Podéis ampliar los conocimientos sobre el Baridá y sobre el dinamismo cultural y turístico en estas dos páginas web que sin duda tenéis que leer antes de disfrutar de un espacio encantado.

www.recercacerdanya.org/fitxers/querol/querol-14.pdf, (especialmente a partir de la página 37)
www.elbarida.cat/

Subveguería de encantos paisajísticos, culturales, arqueológicos, gastronómicos y sobre todo de encanto antropológico, es decir humano conversar con la gente baridana es disfrutar de una riqueza fonética y cultural que nos transporta a los tiempos anteriores a la Nueva Planta, a la Cataluña auténtica. Cuando vengáis a estas tierras no desaprovechéis la ocasió y hablar mucho, os sorprenderéis de la “saviesa” (sabiduría) de los baridanos.

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Marcha del Baridá del maestro Josep Lizandra

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